SANIDAD ESPIRITUAL
Oímos decir con mucha frecuencia en nuestra iglesia que Cristo vino para sanarnos espiritualmente y perdonar nuestros pecados. Esta es la base de nuestra sanidad. , cuando nos entregamos al Señor Jesucristo, El entra en nuestra vida, nos limpia de nuestros pecados, nos hace sus hijos y nos da su salvación.
La palabra SOSO en griego quiere decir indiscriminadamente, salvar y sanar. No existe en tal sentido dos palabras diferentes. Cristo no vino solamente para salvarnos, sino también para sanarnos. Cuando El salva espiritualmente, sana también nuestro espíritu. Ambos elementos son parte de un proceso único y completo.
SANIDAD FÍSICA
La Biblia también nos habla acerca de la sanidad física. Santiago nos dice que si alguien está enfermo, debe llamar a los ancianos de la iglesia, quienes le ungirán con aceite, orarán por él y Dios le sanará. De dicha sanidad física oímos hablar con mucha frecuencia.
Constantemente las iglesias realizan grandes campañas donde se ora por sanidad física. Aunque esta área es de indispensable importancia para la vida de los creyentes, no la ampliamos en este estudio, ya que no constituye su propósito central.
SANIDAD PSICOLÓGICA
La estructura psicológica es una parte importante de nuestra naturaleza humana. Sin embargo, casi nunca se habla en nuestras iglesias acerca de la sanidad que esta área requiere. Casi nunca se menciona que Cristo también vino para sanar nuestra psiquis.
Dicha sanidad casi siempre la dejamos en manos de los psicólogos, la mayoría de los cuales no conocen a Cristo. Es una lástima la carencia de una adecuada enseñanza en esa área, ya que el Señor vino para sanar nuestra psiquis tanto como nuestro espíritu y cuerpo.
En Santiago 5:14-16 no solamente se habla de los enfermos que han de ser sanados y los pecados que serán perdonados, también se nos dice que debemos confesar nuestras ofensas los unos a los otros, y orar los unos por los otros para que sean sanados.
SANIDAD INTEGRAL
Como consecuencia de lo anterior tenemos:
SANIDAD del cuerpo, al llamar a los ancianos, y éstos ungirlos con aceite. Cristo llevó nuestras enfermedades en la cruz.
SANIDAD del espíritu, al confesar nuestros pecados, Cristo llevó nuestros pecados en la cruz.
SANIDAD de la psiquis, al confesar nuestras faltas. Cristo llevó nuestros dolores en la cruz.
Un aspecto muy importante es el hecho de que cada uno de los procesos de sanidad se lleva a cabo por medio de la oración. Esta ha de ser el instrumento determinante en el desarrollo de este ministerio.
EL ESPÍRITU
El espíritu puede dividirse en las áreas de: la conciencia, la intuición y la comunión.
LA CONCIENCIA
Es el órgano que discierne, distingue de lo bueno y lo malo, no lo hace por medio de la influencia del conocimiento almacenado en la mente, sino con un espontáneo juicio directo.
La conciencia nos dice si algo es bueno o correcto o malo o incorrecto. A muy temprana edad enseñamos a la conciencia de un niño lo que debe o no debe hacer. También según lo que los niños ven y experimentan con sus padres, sabrán qué cosas deben o no deben hacer. Por ello es de vital importancia que la conciencia sea enseñada según las reglas que Dios nos ha dado en la Biblia.
Debemos permanecer abiertos a la acción de Dios y su Palabra para que El deba enseñarnos cómo debemos vivir.
Al entregarnos al Señor Jesús, nuestra conciencia queda bajo las influencias del Espíritu Santo, quien nos enseña la diferencia entre lo bueno y lo malo, poco a poco empezamos a darnos cuenta de lo que debemos o no debemos hacer y nuestra manera de vivir cambia.
Sin embargo, en ciertas personas este cambio nunca se lleva a cabo de una manera definitiva y es como si en ellas nunca se desarrollara ese sentido de saber cómo es verdaderamente la vida cristiana, mientras que en otras la condenación nunca termina.
Al enseñarles lo que la Biblia dice, parecerían conocer todo lo correcto pero este conocimiento no produce ningún cambio verdadero en su vida, es como si hubiera algo que obstaculizara la comprensión de lo que Dios les dice o les guía a hacer.
LA INTUICIÓN
Es el órgano sensitivo del espíritu humano, es tan diametralmente diferente del sentido físico y del sentido anímico que se le llama intuición
La intuición conlleva una sensibilidad directa independiente de cualquier influencia exterior. Ese conocimiento que nos llega sin ninguna ayuda del pensamiento, emoción o la voluntad es intuitivo. “sabemos” por medio de nuestra intuición, y nuestra mente nos ayuda a “comprender”.
Las revelaciones de Dios y todos los movimientos del Espíritu Santo son perceptibles para el creyente a través de la intuición. En consecuencia un creyente debe de tener en cuenta estos dos elementos: la voz de la conciencia y la enseñanza de la intuición.
LA COMUNIÓN
Es la adoración a Dios. Los órganos del alma son incompetentes para adorar a Dios. No podemos percibir a Dios con nuestros pensamientos, sentimientos o intenciones, porque únicamente le podemos conocer directamente en nuestro espíritu. Nuestra adoración a Dios y las comunicaciones de Dios con nosotros se llevan a cabo directamente en el espíritu. Tienen lugar en el “hombre interior”, no en el alma o en el hombre exterior.
Así como el espíritu se divide en diferentes partes, así también la psiquis tiene varias partes, las cuales estudiaremos en el próximo capítulo.
Juan 4:23-24
Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque también el Padre tales adoradores busca que lo adoren. 24 Dios es Espíritu, y los que lo adoran, en espíritu y en verdad es necesario que lo adoren.